Bergoglio se rebela y ataca los 10 Mandamientos

bergoglio-destruyendo-la-palabra-de-dios

Catapulta

Como es de público y notorio, Bergoglio tiene una tara “antilegalista”,en grado fóbico que lo impulsa a despacharse con toda de barrabasadas. Veamos, pues, lo que dijo de los Mandamientos, en una de sus últimas y destructivas catequesis:

“… nada en la Biblia es trivial. El texto no dice “Dios pronunció estos mandamientos”, sino “estas palabras”…. La tradición judía siempre llamará al Decálogo “las Diez Palabras”. Y el término “decálogo” significa precisamente esto. Y, sin embargo, están en forma de leyes, son mandamientos objetivamente. ¿Por qué, entonces, el Autor sagrado usa, precisamente aquí, el término “diez palabras?” ¿Por qué? ¿Y no dice “diez mandamientos”?

¿Cuál es la diferencia entre un mandato y una palabra? El mandato es una comunicación que no requiere diálogo. La palabra, en cambio, es el medio esencial de la relación como diálogo.

…los mandamientos son palabra de Dios: Dios se comunica en estas diez Palabras y espera nuestra respuesta.

Una cosa es recibir una orden, otra percibir que alguien intenta hablar con nosotros.

Los mandamientos son un diálogo. La comunicación se realiza por el gusto de hablar y por el bien concreto que se comunica entre los que se aman por medio de las palabras. Es un bien que no consiste en cosas, sino en las personas mismas que mutuamente se dan en el diálogo”.

bergoglio pisoteando la ley de Dios

Pero según el diccionario, decálogo no significa “las Diez Palabras” sino:

  1. religión conjunto de los diez mandamientos de la ley de Dios, en la religión cristiana.
  2. conjunto de normas o consejos básicos para realizar alguna actividad.

(¿No fue Bergoglio, acaso, profesor de Literatura?)

Y en el libro del Éxodo se lee:

“Dijo Dios a Moisés: Sube a lo alto del monte en donde estoy y deténte allí, y te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que tengo escritos en ellas, a fin de que los enseñes al pueblo”(24,12)

“Cuando el Señor  terminó de hablar con Moisés, le dio las dos tablas de piedra, que contenían la Ley, escritas por el dedo de Dios”(31,18)

“Entonces Moisés bajó del monte, trayendo en su mano las dos tablas de la Ley, escritas por ambas partes y labradas por Dios; así como también era de la mano de Dios la letra grabada en ellas”(32,15-16)

“Dijo después el Señor: Labra dos tablas de piedra, semejantes a las primeras, y escribiré en ellas las palabras que contenían las tablas que hiciste pedazos”(34,1)

“Y el Señor dijo: Yo estableceré alianza con este pueblo…Tú observa todas las cosas que yo te encomiendo en este día..”(34,10.11)

Y el finale quasi delirante de la catequesis bergogliana fue éste:

“El hombre se enfrenta a esta encrucijada: ¿Dios me impone cosas o me cuida? ¿Sus mandamientos son solo una ley o contienen una palabra para cuidarme? ¿Dios es patrón o padre? Dios es Padre: No lo olviden nunca.. ¿Somos súbditos o hijos? Este combate, tanto dentro como fuera de nosotros, se presenta continuamente: Tenemos que elegir mil veces entre una mentalidad de esclavos y una mentalidad de hijos. El mandamiento es del patrón, la palabra es del Padre,

El Espíritu Santo es un Espíritu de hijos, es el Espíritu de Jesús Un espíritu de esclavos no puede por menos que aceptar la Ley de forma opresiva, y puede producir dos resultados opuestos: O una vida de deberes y obligaciones, o una reacción violenta de rechazo. Todo el cristianismo es el pasaje de la letra de la Ley al Espíritu que da vida. Jesús es la Palabra del Padre, no es la condena del Padre. Jesús vino a salvar, con su Palabra, no a condenarnos.

Los mandamientos son el camino hacia la libertad, porque son la palabra del Padre que nos hace libres en este camino.

El mundo no necesita legalismo, sino cuidados. Necesita cristianos con corazón de hijos: no lo olviden”. https://www.aciprensa.com/noticias/catequesis-del-papa-francisco-sobre-los-mandamientos-como-palabras-de-vida-42267

Frente a tanto despropósito, es bueno aferrarse al “ultralegalista” Denzinger:

“804-Nadie, empero, por más que esté justificado, debe considerarse libre de la observancia de los mandamientos(Can.20);nadie debe usar de aquella voz temeraria y por los Padres prohibida bajo anatema, que los mandamientos de Dios son imposibles de guardar para el hombre justificado[Can.18 y 22;cf.n.200].Porque Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar avisa que hagas lo que puedas y ayuda para que puedas; sus mandamientos no son pesados[1.Joh.5,3],su yugo es suave y su carga es ligera[Mt.11,30]”

¡Marche un ejemplar para la Casa Santa Marta!