Heresiarca Bergoglio: «Tantas otras huellas están ocultas tras los pasos de José y María» «Vemos las huellas de familias enteras obligadas a partir en nuestros días. Vemos las huellas de millones de personas que no eligen irse pero que, echados de su tierra, dejan atrás a sus seres queridos «.
El heresiarca Bergoglio al servicio de la agenda radical de George Soros utilizó la nochebuena para impulsar la invasión musulmana.
Sobre una Cierta «LIBERACIÓN» por el Teólogo Cardenal Joseph Ratzinger
«Ciertamente, con tal de que la respuesta sea verdaderamente cristiana. La necesidad de salvación, tan difundida actualmente, expresa la percepción auténtica, aunque oscura, de la dignidad del hombre, creado «a imagen y semejanza de Dios», como dice el primer libro de la Escritura. Pero el peligro de algunas teologías está en que se dejan sugestionar por el punto de vista inmanentista, meramente terrenal, de los programas de liberación secularizados. Estos no ven, ni pueden verlo, que desde un punto de vista cristiano la «liberación» es ante todo y principalmente liberación de la esclavitud radical de la que el «mundo» no se percata, que incluso niega: la esclavitud radical del pecado»
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2) En el análisis del fenómeno de la teología de la liberación se pone de manifiesto un peligro fundamental para la fe de la Iglesia. Indudablemente no surge un error sino alrededor de un núcleo de verdad. De hecho, un error resulta tanto más peligroso cuanto mayor sea la proporción del núcleo de verdad que contiene.
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3) La teología de la liberación es un fenómeno universal desde tres puntos de vista:
a) Esta teología no pretende constituir un nuevo tratado teológico junto a los ya existentes, como, por ejemplo, elaborar nuevos aspectos de la ética social de la Iglesia. Se presenta, más bien, como una nueva hermenéutica de la fe cristiana, es decir, como una nueva forma de comprensión y de realización del cristianismo en su totalidad. Por eso cambia todas las formas de la vida eclesial: la constitución eclesiástica, la liturgia, la catequesis y las opciones morales.I. Concepto y origen de la teología de la liberación
De momento, estas observaciones preliminares nos han introducido ya en el núcleo del tema. Pero ha quedado abierta la cuestión principal:¿qué es propiamente la teología de la liberación? En un primer intento de respuesta, podríamos decir: la teología de la liberación pretende dar una nueva interpretación global del cristianismo; explica el cristianismo como una praxis de liberación y pretende presentarse como una guía en esta praxis. Ahora bien: puesto que, según esta teología, toda realidad es política, resulta que la liberación es también un concepto político, y la guía para la liberación debe ser una guía para la acción política.
«Nada queda fuera de la tarea política. Todo existe con un determinado color político», escribe textualmente uno de sus principales representantes sudamericanos. Una teología que no sea práctica, que no sea esencialmente política, es considerada «idealista» y condenada como irreal o como medio de conservación de los opresores en el poder.
A un teólogo que haya aprendido su teología en la tradición clásica, y que haya aceptado su vocación espiritual, le resulta difícil imaginar que se pueda vaciar seriamente la realidad global del cristianismo en un esquema de praxis socio-política de liberación. Esto, sin embargo, es posible porque muchos teólogos de la liberación siguen usando gran parte del lenguaje ascético y dogmático de la Iglesia, pero en clave nueva; de tal manera que, quien la lee o la escucha partiendo de otro fundamento distinto, puede tener la impresión de encontrar el patrimonio tradicional; ciertamente con el añadido de algunas afirmaciones un poco «extrañas», pero que, unidas a tanta religiosidad, no podrían ser peligrosas.
Precisamente la radicalidad de la teología de la liberación lleva a que con frecuencia se infravalore su gravedad, porque no encaja en ninguno de los esquemas de herejía conocidos hasta ahora. Su planteamiento de partida queda fuera de los tradicionales esquemas de discusión.…
Como ya dijimos, se leyó la exégesis de Bultmann y de su escuela como el pronunciamiento de la «ciencia» sobre Jesús, ciencia que obviamente tenía que ser aceptada como válida. Pero hay un abismo entre el «Jesús histórico» de Bultmann y el Cristo de la fe .(Bultmann habla de Graben, foso). Según Bultmann, Jesús constituye la base del Nuevo Testamento, pero permanece encerrado en el mundo judaico.
Como resultado final de esta exégesis se llegaba a un cuestionamiento de la verdad histórica de los evangelios: el Cristo de la tradición eclesial y el Jesús histórico, presentado por la ciencia, pertenecen a dos mundos diferentes. La figura de Jesús fue arrancada de sus raíces en la tradición por obra de la «ciencia», que oficiaba de instancia suprema; de esta manera, por una parte, la tradición quedaba flotando en el vacío como algo irreal, y por otra, había que buscar para la figura de Jesús una nueva interpretación y un nuevo significado.…..
En todo caso, esta instancia histórica ve en el Magisterio, que insiste en verdades permanentes, una instancia enemiga del progreso, dado que piensa «metafísicamente» y contradice así a la «historia». Puede decirse que el concepto de historia absorbe el concepto de Dios y de revelación. La «historicidad» de la Biblia debe justificar su papel absolutamente predominante y, por tanto, legitimar al mismo tiempo el paso a la filosofía materialista-marxista, en la cual la historia ha asumido el papel de Dios. Sobre una Cierta «LIBERACIÓN» por el Teólogo Cardenal Joseph Ratzinger
Bergoglio atacó la encarnación de Cristo con una exposición desnuda y anti-bíblica del niño Jesús