El apóstata Bergoglio continúa haciendo activismo gay

Francisco rehabilita a arzobispo homosexualista y copreside una Misa con él

Francisco se reunió el lunes en la nunciatura de Bratislava con el ex arzobispo de Trnava, monseñor Robert Bezák, de 61 años, en una audiencia privada con sus familiares. El miércoles copresidió la Misa de Francisco en Šaštín.

Bezák fue nombrado arzobispo de Trnava en 2009, con 49 años, el obispo eslovaco más joven. El padre polaco Dariusz Oko documenta que Bezák frecuentaba gimnasios y saunas gay y creó una red de sacerdotes homosexuales. Es por eso que fue destituido por Benedicto XVI en 2012, mientras los medios de comunicación oligarcas, que adoran a Bezák, siguen afirmando que fue castigado por denunciar a su predecesor.

Los testigos confirmaron que Bezák, que trabajaba como profesor de religión en una escuela protestante, siguió con su vicio hasta hace poco. Francisco -que tiene una debilidad personal por los clérigos homosexuales, entre ellos el cardenal McCarrick- reabrió viejas heridas al rehabilitar de facto a Bezák ante los medios de comunicación de los oligarcas.

“¿Me pregunto, Oh abominables sodomitas , por qué después de buscar con tan ardiente ambición la altura de la dignidad eclesiástica ? ¿Por qué buscan con tanto anhelo atrapar a la gente de Dios en la red de la perdición de ustedes? »  » San Pedro Damián 

 

Santa Hildegarda: La homosexualidad es la suprema ofensa contra Dios

 

 

La repugnante duplicidad de Bergoglio: da la bienvenida a ‘todos’ mientras persigue a los fieles católicos

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Duplicidad asquerosa: Francisco sobre Traditionis Custodes

es.news

Los obispos del sur de Francia se reunieron dos horas con Francisco el 10 de septiembre en un encuentro ad limina.

Los arzobispos Jean-Marc Noël Aveline, de Marsella, y Robert Jean Louis Le Gall, de Toulouse, calificaron el encuentro de “fraternal, sencillo, fácil y libre”. Francisco insistió en la “cercanía pastoral» y en la “actitud paternal” hacia los fieles, los políticos e -incluso- los creyentes de otras religiones, subrayando “la dimensión del corazón y de la paternidad”.
BIFRONTE

Esta duplicidad hipócrita tuvo un abrupto final cuando le preguntaron a Francisco sobre Traditionis Custodes. En lugar de ser un “padre” se transformó en un acusador, llamando a la Misa Romana una “ideología” y un “pretexto para rechazar el Vaticano II” – aunque la Misa Romana fue celebrada por los Padres conciliares.

Insensiblemente, soltó: “Debemos trazar una línea y basta”. Luego continuó diciendo que en el “diálogo con el Islam” los obispos deberían mostrar una “gran cercanía” y establecer una “relación personal”, recordando la importancia de “acoger a la gente”.gloria tv news

El Papa Pío X requirió que todo el clero católico hiciera el juramento anti-modernista

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JURAMENTO ANTI-MODERNISTA
Motu Propio: “SACRORUM ANTISTITUM”
Impuesto al clero en septiembre de 1910
por S.S. Pío X

Yo…, abrazo y acepto firmemente todas y cada una de las cosas que han sido definidas, afirmadas y declaradas por el Magisterio inerrante de la Iglesia, principalmente aquellos puntos de doctrina que directamente se oponen a los errores de la época presente. y en primer lugar: profeso que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser ciertamente conocido y, por tanto, también demostrado, como la causa por sus efectos, por la luz natural de la razón mediante las cosas que han sido hechas, es decir, por las obras visibles de la creación. En segundo lugar: admito y reconozco como signos certísimos del origen divino de la religión cristiana los argumentos externos de la revelación, esto es, hechos divinos, y en primer término, los milagros y las profecías, y sostengo que son sobremanera acomodados a la inteligencia de todas las épocas y de los hombres, aun los de este tiempo. En tercer lugar: creo igualmente con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de la palabra revelada, fue próxima y directamente instituida por el mismo verdadero e histórico Cristo, mientras vivía entre nosotros, y que fue edificada sobre Pedro, príncipe de la jerarquía apostólica, y sus sucesores para siempre. Cuarto: acepto sinceramente la doctrina de la fe transmitida hasta nosotros desde los Apóstoles por me- dio de los Padres ortodoxos siempre en el mismo sentido y en la misma sentencia; y por tanto, de todo punto rechazo la invención herética de la evo- lución de los dogmas, que pasarían de un sentido a otro diverso del que primero mantuvo la Iglesia; igualmente condeno todo error, por el que al dep6- sito divino, entregado a la Esposa de Cristo y que por ella ha de ser fielmente custodiado, sustituye un invento filosófico o una creación de la conciencia humana, lentamente formada por el esfuerzo de los hombres y que en adelante ha de perfeccionarse por progreso indefinido. Quinto: Sostengo con toda certeza y sinceramente profeso que la fe no es un sentimiento ciego de la religión que brota de los escondrijos de la subconsciencia, bajo presión del corazón y la inclinación de la voluntad formada moralmente, sino un verdadero asentimiento del entendimiento a la verdad recibida por fuera por oído, por el que creemos ser verdaderas las cosas que han sido dichas, atestiguadas y reveladas por el Dios personal, creador y Señor nuestro, y lo creemos por la autoridad de Dios, sumamente veraz

» También me someto con la debida reverencia y de todo corazón me adhiero alas condenaciones, declaraciones y prescripciones todas que se contienen en la Carta Encíclica Pascendi y en el Decreto Lamentabili, particularmente en lo relativo a la que llaman historia de los dogmas.

»Asimismo repruebo el error de los que afirman que la fe propuesta por la Iglesia puede repugnar a la historia, y que los dogmas católicos en el sentido en que ahora son entendidos, no pueden conciliarse con los auténticos orígenes de la religión cristiana.

Condeno y rechazo también la sentencia de aquellos que dicen que el cristiano erudito se reviste de doble personalidad, una de creyente y otra de historiador, como si fuera lícito al historiador sostenerlo que contradice a la fe del creyente, o sentar premisas de las que se siga que los dogmas son falsos y dudosos, con tal de que éstos no se nieguen directamente. Repruebo igualmente el método de juzgar e interpretar la Sagrada Escritura que, sin tener en cuenta la tradición de la Iglesia, la analogía de la fe y las normas de la Sede Apostólica, sigue los delirios de los racionalistas y abraza no menos libre que temerariamente la crítica del texto como regla única y suprema. Rechazo además la sentencia de aquellos que sostienen que quien enseña la historia de la teología o escribe sobre esas materias, tiene que dejar antes a un lado la opini6n preconcebida, ora sobre el origen sobrenatural de la tradición católica, ora sobre la promesa divina de una ayuda para la conservación perenne de cada una de las verdades reveladas, y que además los escritos de cada uno de los Padres han de interpretarse por los solos principios de la ciencia, excluida toda autoridad sagrada, y con aquella libertad de juicio con que suelen investigarse cualesquiera monumentos profanos. De manera general, finalmente, me profeso totalmente ajeno al error por el que los modernistas sostienen que en la sagrada tradición no hay nada divino, o lo que es mucho peor, lo admiten en sentido panteístico, de suerte que ya no quede sino el hecho escueto y sencillo, que ha de ponerse al nivel de los hechos comunes de la historia, a saber: unos hombres que por su industria, ingenio y diligencia, continúan en las edades siguientes la escuela comenzada por Cristo y sus Apóstoles. Por tanto, mantengo firmísimamente la fe de los Padres y la mantendré hasta el postrer aliento de mi vida sobre el carisma cierto de la verdad, que está, estuvo y estará siempre en la sucesión del episcopado .desde los Apóstoles (16); no para que se mantenga lo que mejor y más apto pueda parecer conforme a la cultura de cada época, sino para que nunca se crea de otro modo, nunca de otro modo se entienda la verdad absoluta e inmutable predicada desde el principio por los Apóstoles (17).

»Todo esto prometo que lo he de guardar íntegra y sinceramente y custodiar inviolablemente sin apartarme nunca de ello, ni enseñando ni de otro modo cualquiera de palabra o por escrito. Así lo prometo, así lo juro, así me ayude Dios, etc.»