Nuestra denuncia
El pasado 20 de mayo el papa Francisco anunció un Consistorio para la creación de nuevos cardenales el próximo 29 de junio. Entre los elegidos se encuentra el obispo boliviano Monseñor Toribio Ticona Porco, figura bien conocida en su país por su apoyo al indigenismo marxista y al actual dirigente Evo Morales.

Pasados unos días, Adelante la Fe publicó en exclusiva una información que dio la vuelta al mundo donde se informaba que el nuevo cardenal habría vivido en concubinato con una señora, con la que habría tenido incluso descendencia.
Esta información se fundamentaba en una denuncia, mediante declaración solemne jurada, que se presentó ante la Nunciatura Apostólica en Bolivia, donde se recogían varios testimonios de primera mano que atestiguaban el concubinato del obispo Ticona.
Muchos pedían pruebas visuales del escándalo, poco menos que un vídeo grabado bajo la alcoba. Seamos serios, hablamos de un caso de concubinato de un alto cargo eclesiástico, relación discreta lógicamente, y las pruebas que existen son testimoniales, pero directas, no de terceros.
La denuncia, como vamos a ver, no es un cúmulo de habladurías, puesto que hablamos de testimonios en primera persona que conocieron a la pareja, en tanto que tal: vecinos que estuvieron en su casa, e incluso un sacerdote “muy amigo” de ambos. Son testigos directos, que serían pruebas más que suficientes para declarar culpable a alguien en cualquier causa judicial.
El desmentido de Ticona
Ante el escándalo suscitado Monseñor Ticona se apresuró a desmentir la información, de forma tan contundente como poco creíble, amenazando con acciones judiciales.
¿En serio alguien podía esperar otra reacción? ¿alguien con dos dedos de luces puede pensar que daría una rueda de prensa confirmándolo?
No obstante, cabe señalar que la Nunciatura Apostólica ordenó una investigación interna discreta sobre el caso, que se mantuvo a pesar del desmentido de Mons. Ticona, por lo que mucha credibilidad no le daría a su desmentido. Lógicamente, poco se puede esperar, dado el consabido proceder encubridor de este tipo de casos, y peores, existentes en la Iglesia actual; recordemos sino el caso del obispo Barros.
El Vaticano no ha desmentido la información
El mismo día que publicamos la información, el conocido periodista Edwar Pentin envió una consulta al Vaticano para que confirmara si estaba al tanto de lo que aquí se exponía. La respuesta que obtuvo fue que “estaban a la espera de conocer más datos”. Lejos pues del desmentido categórico alguno como habría cabido esperar en un caso de difamación evidente.
Pues bien, a día de hoy, hasta donde llega nuestra información, el Vaticano continua sin desmentir la información al periodista, lo cual es un hecho bien significativo.
Nueva investigación periodística: descubierta la barragana
Ayer domingo, un conocido periódico boliviano “Página siete”, que contactó con nuestra redacción y al que aportamos las pruebas que teníamos, ha publicado el resultado de una ardua investigación que han realizado sobre el caso, y que reproducimos íntegra en esta web en artículo aparte.
Nos consta ha sido elaborada con la máxima profesionalidad, desplazándose in situ a la localidad, y que a su vez se han encontrado con numerosas “puertas cerradas”. Fruto de la misma se conoce ya el nombre completo y apellidos de la barragana de Ticona, LEONOR R.G (por confidencialidad se abrevian los apellidos), a la que, además, denuncian, ha favorecido de forma escandalosa “vendiéndole” con un pago simbólico -se puede hablar de “regalo” dado lo ridículo del precio- terrenos propiedad de la Iglesia que se presumían para fines educativos, cuando incluso es bien dudoso que siquiera tuviera ya la capacidad legal para hacerlo, todo envuelto en turbios tejemanejes de poder y judiciales. Es curioso señalar que en la denuncia que se presentó en Nunciatura, se mencionaba a un sacerdote perfecto conocedor de los datos de la barragana, pero que casualmente en la actualidad está destinado en el Amazonas incomunicado.

Esta investigación tiene el tremendo valor de haber acreditado plenamente la identidad de la concubina, al punto que se mencionan los datos concretos del “regalo” que le hizo Mons. Ticona en forma de terrenos, e, incluso, se recoge como en la disputa Leonor R.G, presentaba su relación con Ticona como parte fundamental de su “derecho” a tener dichos terrenos.
Es de destacar que el medio ha tratado de contactar con Ticona para presentarle toda la información que sería publicada para conocer su opinión y sólo han obtenido una evasiva por respuesta:
“Página Siete intentó, sin éxito, contactarse con la señora Leonor. También buscó la versión del cardenal Toribio Porco Ticona. Esperamos horas en sus oficinas; apelamos a la CEB para lograr una entrevista, aclarando los temas que ésta abarcaría. La respuesta fue que el Cardenal no tenía tiempo, que su agenda estaba llena, que no estaba.”
Manipulación de su identidad: ¿Ticona o Porco?
A todo lo visto se une un nuevo hecho cuando menos sorprendente. En el decreto de convocatoria del Consistorio podemos leer claramente el siguiente nombre:
“13.S.E. Mons. Toribio Ticona Porco – Prelado emérito de Corocoro.”
Sin embargo, como acreditamos aquí con imagen de su cédula de identidad, sus apellidos no son Ticona Porco, sino Porco Ticona, al revés. De hecho, es bien conocido como Mons. Ticona. No ha sido hasta los pasados días, teniendo ya la Conferencia Episcopal de este hecho y de que sería denunciado, que han emitido en un comunicado con una mención a él como Toribio P. Ticona.
¿Qué importancia tiene esto? Pues mucha, y es otro elemento más indiciario en todo lo expuesto. Hemos consultado con diversas fuentes jurídicas de Bolivia y todas confirman que dicha práctica no sólo no es habitual en el país, sino que es altamente irregular y característica de personas que quieren esconder cosas y jugar a la confusión. Él ha venido utilizando la identidad de Ticona principalmente en medios eclesiásticos, y usando la real a conveniencia.
Que cada cual saque las conclusiones que quiera, ahí están los datos.


Recapitulación de hechos
Recapitulemos los hechos conocidos:
- Monseñor Toribio Ticona Porco es en realidad Monseñor Toribio Porco Ticona, que juega según la ocasión cambiando sus apellidos, es una práctica altamente irregular y sumamente sospechosa.
- El día 21 de mayo de 2018, tan solo un día después del anuncio, se presentó en la Nunciatura Apostólica en Bolivia una denuncia donde se exponía las relaciones concubinarias de Ticona. Esta denuncia se sustentaba en testimonios de primera mano, que, repetimos, en cualquier juicio supondría base suficiente para la condena de cualquier delito. En concreto destacamos (siempre se abrevian los nombres por confidencialidad):
- Testimonio del señor O.L, vecino de la pareja, quien atestigua que incluso estando dentro de su casa -teniéndolos por pareja-, se percató que dentro de la casa había una foto donde el hombre que todos pensaban era el “marido” aparecía en una foto vestido de obispo junto a Juan Pablo II.
- El testimonio anterior se puso ya en conocimiento del obispado, a Mons. Sáez más o menos en torno al año 2000. Es decir, es un tema largamente conocido.
- La señora R.R, conocida de la mujer en un comercio de Oruro, acreditó como la barragana no sólo se presentaba como la “señora del obispo de Patacamaya”, sino que solicita factura de las compras a nombre de la Prelatura de Corocoro.
- El sacerdote O.S acredita ser “muy amigo” de la familia Ticona, y corrobora a varias personas la situación.
- La señorita H.O, vecina de la pareja, acredita de nuevo el hecho y que Ticona en su vecindario se hacía pasar por “profesor”.
- La residencia de la pareja se encontraba en habitaban la casa n° 6 del Barrio El Progreso, calles 6 de Octubre y Santa Cruz de Oruro, de propiedad del entonces Vicario General de la Diócesis de Oruro, Padre Tomás Valencia Tellería.
- La señorita N.C atestigua igualmente haber sido vecina de la pareja durante muchos años.
- La Barragana es identificada como Leonor R. G, con la que tiene al menos un hijo, que parece ser estudiaba en el colegio La Salle, de Oruro.
- Según denuncia Pagina Siete, Ticona, una vez que ya no era obispo titular -y pues con dudosos poderes legales- “cedió” a Leonor R.G unos terrenos propiedad de la Iglesia que estaban destinados a fines educativos. Para lo cual, según testimonios involucrados, se habrían empleado todo tipo de influencias.
- Porco Ticona desmintió las primeras informaciones, pero, a pesar de ello, la Nunciatura ha mantenido una discreta investigación de la que se desconocen los resultados, y dudo se lleguen a conocer.
- El Vaticano a día de hoy, a pesar de haber sido interrogado, no ha negado las informaciones publicadas.
Conclusiones
Estas informaciones apelan a todos los lectores de buena voluntad, que pueden evaluar como lo que aquí se está diciendo no son habladurías, sino que hay una base suficiente como para hacerlo público y es una auténtica tropelía, reflejo del pontificado, que dicha persona vaya a ser elevada a tal dignidad, motivo por el cual nos sentimos en la obligación moral de realizar esta denuncia de forma pública que, no me cabe duda alguna, caerá en saco roto.
Si aquí hubiera una calumnia, vendría de parte de la señora Leonor R.G, y siendo hoy tan fácil de determinar la paternidad mediante las pruebas de ADN, esa es la forma en que el señor Porco debería defender su honor.
Si les digo la verdad, tengo serias dudas de que estas informaciones no se supieran en Roma. Desde el año 2000 está notificado en los conductos oficiales, y dudo mucho, pero que mucho, que esto no estuviera en el Vaticano. Es posible, de hecho, que su nombramiento corresponda justamente a ese conocimiento, un nuevo cardenal concubinario para la nueva iglesia amazónica sin celibato. Para eso, mejor candidato no podía ser.
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