La Iglesia recomienda el ayuno para dominar las pasiones, reparar los pecados y para liberación

Ha de consistir mucho más en la privación de nuestros vicios que en la de los alimentos (San León Magno, Sermón 6 sobre la Cuaresma, 1).

conversion ayuno agradable a Dios

El Arzobispo Fulton Sheen explicó: «La esencia de lo satánico o lo diabólico es el odio a la Cruz de Cristo. … ¿Qué es lo satánico desde el punto de vista bíblico? Es el desprecio de la Cruz de Cristo. Es anti-Cruz.» El arzobispo agregó: «El demonio es simplemente el anti-Cruz. La vida anti-disciplinada. El anticristo. Eso es lo satánico».
No nos gusta la Cruz en nuestras vidas. De hecho, nos gustaría escapar … esa es la esencia de lo demoníaco, el escape de la mortificación, de la Cruz y de la penitencia … ”
toma-tu-cruz
  • San Jerónimo:
Toma su cruz el que es crucificado para el mundo y sigue al Señor crucificado aquel, para quien el mundo está crucificado.
  • San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 55,2
Como que los ladrones sufren también mucho, el Señor, a fin de que nadie tenga por suficientes esa clase de sufrimientos de los malos, expone el motivo del verdadero sufrimiento, cuando dice: «Y me siga». Todo lo debemos sufrir por El y de El debemos aprender sus virtudes. Porque el seguir a Cristo consiste en ser celoso por la virtud y sufrirlo todo por El.
  • San Gregorio Magno, homiliae in Hiezechihelem prophetam, hom. 10
Se niega a sí mismo aquel que reforma su mala vida y comienza a ser lo que no era y a dejar de ser lo que era.
  • San Gregorio Magno

Nosotros nos abandonamos y nos negamos a nosotros mismos, cuando evitamos lo que fuimos por el hombre viejo y nos dirigimos hacia donde nos llama nuestra naturaleza regenerada.


El ayuno fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerzas para vencer y amortiguar sus pasiones, y dispone el corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todo (SAN FRANCISCO DE SALES, Sermón sobre el ayuno).

El ayuno purifica el alma, eleva el espíritu, sujeta la carne al espíritu, da al corazón contrición y humildad, disipa las tinieblas de la concupiscencia, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad (SAN AGUSTÍN, Sermón 73).

Tres cosas hay, hermanos, por las que se mantiene la fe, se conserva firme la devoción, persevera la virtud. Estas tres cosas son la oración, el ayuno y la misericordia. Lo que pide la oración, lo alcanza el ayuno y lo recibe la misericordia. Oración, misericordia y ayuno: tres cosas que son una sola, que se vivifican una a otra (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón 43).

Todos los que han querido rogar por alguna necesidad, han unido siempre el ayuno (la penitencia) a la oración, porque el ayuno es el soporte de la oración (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, val. I, p. 377).

con ayuno y oracion

Mateo 17:21 Mas esta casta no se lanza sino por oración y ayuno.
Catena Aurea
  • Rábano 
Cuando enseña el Señor a los apóstoles la manera de arrojar al demonio, nos da a todos las reglas de vida que debemos seguir, a saber: que las tentaciones más grandes, bien provengan de los hombres, bien de los espíritus impuros, debemos vencerlas con los ayunos y con las oraciones, remedio único para poder aplacarlas. Por eso se añade: «Mas esta casta no se lanza sino por oración y ayuno».
  • Glosa
O también, esta raza de demonios, esto es, esa movilidad de los placeres carnales, no se vence sino fortaleciendo el espíritu con la oración y dominando la carne con el ayuno.
  • Remigio
O también, aquí se habla de un ayuno general, por el que nos abstenemos, no solamente de las comidas, sino de todos los placeres carnales y de las pasiones pecaminosas. También debe tomarse la oración en sentido general, que consiste en hacer obras buenas y piadosas. De esta oración dice el apóstol ( 1Tes 5,17.) «Orad sin intermisión».
  • San Juan Crisóstomo
Y si tienes el cuerpo enfermo para ayunar, no lo tienes, sin embargo, para orar y si no puedes ayunar, puedes abstenerte de los placeres ilícitos y esto no es cosa de escasa importancia, ni muy distante del ayuno.
ayuno y oracion

San Ambrosio: El que no se abstiene de ninguna cosa lícita, está muy cercano a las ilícitas»

«El ayuno cura nuestras enfermedades, deseca los humores superfluos de nuestros cuerpos, pone en fuga los demonios, arroja los malos pensamientos, purifica el espíritu, limpia el corazón, santifica el cuerpo, eleva los hombres hasta el trono de Dios. Por último, el ayuno es el alimento de los Ángeles, y el que le practica, se puede considerar como en el orden de aquellos bienaventurados espíritus. (S. Atanasio, de Sanctiss. Deipara, sent. 5, Tric. T. 2, p. 172.)»

Como lo explicó el Arzobispo Fulton Sheen: «el  odio a la disciplina», «el odio a la mortificación» , el «odio a la cruz», es de «origen satánico»:

Bergoglio despectivamente se burló del ayuno y la penitencia cristiana y  nos acusó   de  “pelagianismo involucionista” torciendo su verdadero significado: “otros pensaron que para llegar a Dios debemos mortificarnos, ser austeros, y eligieron el camino de la penitencia, el ayuno. Y ni siquiera estos llegaron al Dios vivo, a Jesucristo Dios vivo. Son los pelagianos, que creen que con su esfuerzo pueden llegar”.

bergoglio acusa a los catolicos fieles de pelagianos

Hildegarda de Bingen OSB : el desgraciado Hijo de la Perdición engañará a los hombres, enseñándoles a vivir según el gusto ardiente de la carne y a consentir en todo deseo carnal.

Bergoglio le recomendó  a los frailes capuchinos: no caigan en el pelagianismo. ‘Tú tienes que hacer esto, esto, esto….’ (9 Feb 2016)

Bergoglio: La otra es el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. (Evangelii Gaudium)

¿Por qué Nuestro Señor llamó a Pedro Satanás? El arzobispo Fulton Sheen explicó:

«Lo satánico es el desprecio de la Cruz, de la mortificación y de la abnegación y, por lo tanto, de Cristo mismo». Además, relata: «Observe cuánto hemos renunciado: a la mortificación, a la abnegación, a la disciplina en las escuelas … La disminución del espíritu de disciplina es un odio a la Cruz».

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Bergoglio: «Yo les comparto dos preocupaciones. Una es una corriente pelagiana que hay en la Iglesia en este momento. Hay ciertos grupos restauracionistas. Yo conozco algunos, me tocó recibirlos en Buenos Aires. ¡Y uno siente que es como volver 60 años atrás! Antes del Concilio… Uno se siente en 1940… Una anécdota, sólo para ilustrar, no es para reírse, yo la tomé con respeto, pero me preocupa; cuando me eligieron, recibí una carta de uno de estos grupos, y me decían; “Santidad, le ofrecemos este tesoro espiritual; 3.525 rosarios”. Por qué no dicen rezamos por usted, pedimos… pero esto de llevar las cuentas… Y estos grupos vuelven a prácticas y a disciplinas que yo viví —ustedes no, porque ninguno es viejo— a disciplinas, a cosas que en ese momento se vivían, pero no ahora, hoy ya no son… (Diálogo con la directiva de la CLAR, 6 de junio de 2013. JESUITAS-Conferencia de Provinciales de América Latina- CPAL)

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Una historia sobre el amor del Padre Pío al rosario:
Nos narra P. Stefano Manelli, uno de sus hijos espirituales y gran conocedor de su espiritualidad, una historia de cuando aún era un seminarista capuchino:
“P. Pío oraba mucho aún fuera de las horas de oración comunitaria. Encontrarlo en el coro (lugar donde rezan los religiosos en las iglesias), o en su cuarto haciendo oración, era una cosa normal. Le gustaba mucho ya entonces la oración del Santo Rosario. En sus propósitos espirituales escribió de rezar cada día quince rosarios.
Llegó a comprometerse en una competencia (maravilloso y santo deporte) con un compañero Fray Anastasio, a ver quien rezaba un mayor numero de rosarios. Una noche sintió un ruido y alguien que se movía en el cuarto cerca del suyo. Se despertó y pensó que los ruidos eran causados por fray Anastasio que estaba todavía despierto para hacer rosarios, siempre en competencia (santa competencia) con este hermano capuchino.
Un cierto momento, desde la ventana, llamó a fray Anastasio y cual fue su sorpresa cuando de la ventana no se asomó su compañero sino un enorme perro negro con los ojos de fuego. Fray Pío se quedó como piedra, y el horrible perro, con un salto formidable, desapareció. Fray Pío apenas pudo llegar a la cama casi desmayado. Al día siguiente supo que a su hermano Fray Anastasio lo habían cambiado de cuarto la noche anterior.”
Su batalla contra Satanás, el mundo y la carne las libró en modo eficaz a través de la recitación del Santo Rosario.
P. Berardo María