Bergoglio y sus cómplices como James Martin tendrán que responder por la perdida de estas almas.
Sacerdote de Bérgamo y exsacerdote en marcha homosexual
es.news
El sacerdote que participó el 2 de julio en la Marcha Homosexual que se llevó a cabo en Milán fue el padre Marco Luca Bertani, de 32 años (con una camiseta con los colores arco iris), vicario parroquial en Gorle (Italia).
El 5 de julio dijo en el sitio web BergamoNews.it que “mis superiores me conocen y saben que soy felizmente sacerdote”. Como seminarista, participó activamente en la parroquia de Sotto il Monte, de donde procedía Juan XXIII.
El que está a su lado es el ex sacerdote Marco Giganti (con una pancarta homosexual en su mejilla), de 35 años, quien dejó el sacerdocio hace dos años y medio. (Marco Giganti tomó un curso ignaciano para aceptar el pecado mortal?)
Antes de que Giganti fuera ordenado en junio de 2015, dijo el 28 de mayo de ese año en el sitio web SantAlessandro.org que antes de ingresar al seminario tenía novia y quería formar una familia. Destacó que la oración siempre fue muy importante para él.
PROFECÍA DE LA VIRGEN DE LA SALETTE, FRANCIA (1846).
MUCHOS ABANDONARÁN LA FE y el número de Sacerdotes y religiosos que se separarán de la verdadera religión será grande; entre estas personas se encontrarán incluso Obispos.
Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores de milagros, pues ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra y en los aires.
La abominación en lugares santos, en los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidas y el demonio será como el rey de los corazones. Que los que estén al frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de recibir, porque el demonio usará toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor de los placeres carnales se extenderán por toda la Tierra.
En el año de 1864 Lucifer, con gran número de demonios, serán desatados del Infierno. Abolirán la fe poco a poco, aún entre las personas consagradas a Dios; las cegarán de tal manera que, a menos de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de sus malos ángeles: Muchas casas religiosas perderán completamente la fe y perderán a muchísimas almas.