Mil doscientos noventa días pasarán desde el momento en que se suspenda el sacrificio diario y se ponga el horrible sacrilegio en el templo del Señor.
Heresiarca Lutero: “destruyamos la Misa, y destruiremos a la Iglesia”
El Motu Proprio que suprime el Summorum Pontificum es PEOR de lo esperado
Francisco publicó el 16 de julio el Motu Proprio con el sarcástico título Traditionis Custodes (Guardianes de la Tradición) sobre el uso de la liturgia romana anterior a la “reforma” de 1970.
Se publicó sólo en italiano e *inglés*. Francisco decreta la falsedad de que el Novus Ordo de Pablo VI -que no es ningún “rito” sino un amasijo de experimentos litúrgicos- es la “expresión única” de los Ritos Romanos, contradiciendo así la idea de Benedicto de dos formas del Rito Romano.
A partir de ahora, corresponde de nuevo al obispo diocesano -como antes de Summorum Pontificum- dictar las celebraciones litúrgicas de su diócesis, y es “de su exclusiva competencia autorizar el uso del Misal Romano de 1962 en su diócesis”.
El obispo debe determinar que los católicos del Rito Antiguo “no niegan la validez y la legitimidad de la [fallida] reforma litúrgica, dictada por el Concilio Vaticano II”.
Él puede designar uno o más lugares donde los fieles del Rito Antiguo puedan reunirse “no obstante en las iglesias parroquiales y sin la erección de nuevas parroquias personales”.
El obispo tiene que establecer en los lugares designados los días en los que se permiten las Misas Antiguas: “En estas celebraciones las lecturas se proclaman en la lengua vernácula”.
Los obispos deben designar un sacerdote como delegado suyo que se encargue de los asuntos relacionados con la Misa Romana.
Los sacerdotes ordenados después de la publicación de la Traditionis Custodes deben presentar una solicitud formal antes de celebrar la Misa Romana y “el obispo consultará a la Sede Apostólica antes de conceder esta autorización”.
Los sacerdotes que ya celebran la Misa Romana deben solicitar a su obispo diocesano “la autorización para seguir disfrutando de esta facultad”.
Las comunidades del Rito Antiguo “están bajo la competencia de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada”, dirigida por el cardenal anticatólico Joao Braz de Aviz.
Las disposiciones actuales serán ejercidas en el futuro por la Congregación para el Culto Divino -un baluarte del odio hacia la Misa Romana- y no ya por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El último punto dice explícitamente que Summorum Pontificum queda abrogado: “Quedan abrogadas las normas, instrucciones, permisos y costumbres anteriores que no se ajusten a las disposiciones del presente Motu Proprio”.
Con este hecho queda evidenciado el CISMA de Bergoglio ya que la Iglesia declaró infaliblemente en el Concilio Dogmático de Trento que la Misa en Latín es la Misa Oficial de la Iglesia Católica hasta el FIN de los tiempos. Bergoglio no tiene autoridad para desatar lo que el Papa San Pío V ya ha atado en el Cielo. Al desafiar este concilio dogmático, Bergoglio se coloca FUERA de la Santa Iglesia Católica. La Iglesia también enseña que desafiar la verdad revelada por la Iglesia es un pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo.
Al constatar que la apostasía de Bergoglio tiene sus raíces en Argentina, se confirma una vez mas que Bergoglio no es Papa ya que Bergoglio fue electo inválidamente sin profesar la fe católica y el Magisterio de la Iglesia ha declarado a perpetuidad inválida la elevación al papado de un hereje.
Bergoglio, una plaga de Egipto para la Iglesia argentina, o las siete juntas
Ay de aquellos que obedecen ciegamente a un hereje ya que con ello DESOBEDECEN A DIOS.
Laicos Unidos en Cristo 