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Al leer los textos del Vía Crucis que la máxima autoridad de la Iglesia católica presidirá para todo el mundo este Viernes Santo, uno se queda atónito y se pregunta quién y qué pudo inspirar semejante delirio.
¡Dirán que fue escrito por niños! ¡Exactamente!
Pero, entonces, ¿qué catecismo les han enseñado a estos encantadores niños? ¿Qué tipo de Evangelio se les ha leído y enseñado? ¿Qué educadores de la fe y de la fe católica les han preparado, formado y acompañado para escribir un texto tan importante como relevante, dado que tendrá resonancia Urbi et Orbi?
Del Catecismo de la Iglesia Católica podemos aprender directamente algunos contenidos esenciales del Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesucristo.
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No hay rastro de esto en el Vía Crucis políticamente correcto de este Viernes Santo del año de gracia 2021.
Por el contrario, algunas de las yuxtaposiciones – en la oración introductoria para limitarnos a esto– a la Cruz de Cristo Lo dejan a uno consternado:
«Querido Jesús, Tú sabes que los niños también tenemos cruces, que no son ni más ligeras ni más pesadas que las de los adultos, pero son verdaderas cruces… Sólo Tú sabes lo difícil que es no poder contenernos y levantarnos cada mañana todo mojados» (¡sic!).
“Solo tú sabes lo difícil que es para mí aprender a no tener miedo a la oscuridad y estar solo”, a despertarme todas las mañanas con la cama mojada, a hablar como los demás, a resolver correctamente los problemas de matemáticas, a escuchar a los padres discutir, ser objeto de burla y darse cuenta de cuántos niños pasan hambre, son forzados a entrar en un conflicto armado o son explotados, dice la introducción de las meditaciones. (http://catholicphilly.com/)

Por supuesto, nadie podría pretender introducir a los niños – ¡asumiendo que todo esto sea fruto de ellos! – en La Pasión de Mel Gibson, o hacerles leer el texto completo de la Expositio Passionis Domini de Santo Tomás Moro como introducción necesaria e imprescindible para meditar sobre la Pasión de Cristo, pero ni siquiera pasar de la diuresis nocturna al Calvario parece un modelo catequético adecuado.
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«Cuando Su Iglesia – la de Cristo – desaparece, y alguien juega a crear Su Iglesia – esa tan declamada «iglesia de Francisco» – todo se convierte en un juego de y para los niños, como el Via Crucis de este año, ya de por sí tan atribulado.
Esta no es la primera vez que Bergoglio utiliza maliciosamente a otros, incluso a niños, para promover su perversa agenda anticatólica.

(La falsa iglesia) está llena de orgullo y de presunción, y con eso destruye y conduce al mal con toda clase de buenas apariencias. Su peligro está en su inocencia aparente (AA.II.89) Profecía de la Beata Ana Catalina Emmerich