| 26 enero, 2020
Un grupo de víctimas y abogados afectados por el llamado ‘Caso Provolo’, donde laicos y clérigos abusaron durante años de niños sordomudos a su cuidado en la provincia argentina de Mendoza, han anunciado que denunciarán a la Iglesia y al Papa (Bergoglio) ante las Naciones Unidas en Ginebra, acusándolos de encubrimiento y falta de cooperación con las autoridades judiciales.
Mientras, la delegación de víctimas que ha solicitado una audiencia con el Papa aún no ha recibido respuesta alguna.
Dos sacerdotes (Nicola Corradi y Horacio Corbacho) y un laico (Armando Gómez) han sido al fin condenados por la justicia secular argentina acusados de abusar de al menos de 25 niños bajo su cuidado en el Instituto Provolo para Sordos y Personas con Problemas Auditivos, que gestiona varias escuelas para sordos en Argentina e Italia, en Luján de Cuyo, cerca de Mendoza, la capital de la provincia del mismo nombre. Los dos sacerdotes también fueron acusados de golpear a los niños. Dos monjas también están acusadas de encubrir el abuso, que incluía una red que se extendía desde Europa hasta Sudamérica.
Las víctimas denuncian que han sido sistemáticamente ignorados por las autoridades eclesiásticas. En 2014 escribieron una carta al papa Francisco, advirtiéndole de la amenaza que suponía Corradi para los niños, seguida de otra que una de las víctimas entregó personalmente al Papa en octubre de 2015, acusando a Corradi y otros 13 sacerdotes. Pero la Iglesia no cerró la escuela; fueron los tribunales argentinos los que ordenaron su cierre, dos años después de que Francisco fuera informado del caso.