El Apóstata Barbarin profanó la iglesia San Bonaventure de Lyons convirtiéndola en un restaurante

 PROFECÍA DE LA VIRGEN DE LA SALETTE, FRANCIA (1846). Las Iglesias serán cerradas o profanadas. Los Sacerdotes y religiosos serán perseguidos; se les hará morir, y morir con una muerte cruel. MUCHOS ABANDONARÁN LA FE y el número de Sacerdotes y religiosos que se separarán de la verdadera religión será grande; entre estas personas se encontrarán incluso Obispos.

es.news La iglesia medieval de San Buenaventura, en Lyon (Francia), fue convertida el 18 de noviembre en un restaurante para “los pobres” por el cardenal Philippe Barbarin. Él fue también el actor principal.

Vestido con un delantal, Barbarin sirvió personalmente a los 750 invitados seleccionados, trabajando frente a muchas cámaras de TV en su “imagen pública”, la cual sufrió considerablemente en los años recientes.

La desacralización de la iglesia imitó un show similar en el que el papa Francisco participó en Boloña en octubre de 2017.

Como ayudar “a los pobres” se explica en Mt 6, 2: “Cuando das limosna, no hagas sonar una trompeta frente a ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, así pueden ser elogiados por los demás”.

 

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Nuevamente Bergoglio se negó a arrodillarse ante Jesucristo presente en la Eucaristía

De nuevo: la Iglesia se arrodilla – Francisco se queda parado

es.news El 31 de diciembre, mientras todos se arrodillaban, el papa Francisco permaneció de pie frente al Santísimo Sacramento.

Ese día él canto las Vísperas en la Basílica de San Pedro. Antes del Te Deum para dar gracias por el 2018, se expuso el Santísimo Sacramento.

Francisco estuvo de pie durante veinte minutos frente a la Custodia, aunque frente a él había un reclinatorio. La liturgia católica prescribe que los fieles se arrodillen frente al Santísimo Sacramento. Un Papa no está por encima de la liturgia.

Se ha convertido en una conducta típica de Francisco no arrodillarse ni frente al Santísimo Sacramento ni a doblar sus rodillas durante la Consagración.

Pero a él le gusta arrodillarse por los mártires anglicanos y doblar sus rodillas para lavar los pies de inmigrantes, prisioneros o travestis.