El arzobispo de La Plata (Argentina), Víctor Manuel Fernández, prohibió celebrar la Misa en latín en el altar principal de su arquidiócesis.
Según AdelanteLaFe.com, él publicó dos decretos, el 17 y el 24 de diciembre. El primero deroga todas las normas litúrgicas arquidiocesanas previas. El predecesor de Fernández, el arzobispo Héctor Rubén Aguer solía ser excelente.
El segundo decreto ordena que todas las Misas deben ser celebradas solamente según el Novus Ordo, en el idioma vernáculo, y sobre una mesa, con el sacerdote de espaldas a Dios. El decreto contradice la ley canónica y, en consecuencia, es inválido.
Fernández es un escritor en las sombras para el papa Francisco. Se volvió famoso por haber sido el autor de un libro sobre el “arte de besar”.
Como explicó el Padre Paul Kramer: “El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada”.
El Papa San Pío V declaró en su Constitución apostólica Quo Primum que la misa latina tradicional siempre tenía que estar disponible para todos los católicos y que ningún sacerdote podría ser castigado por ofrecer la misa latina tradicional.
Por lo tanto los fieles católicos están en la obligación moral de desobedecer a este apostata que se ha declarado enemigo de la misa católica tradicional.
El dogmático Concilio de Trento prohíbe una liturgia completamente vernácula: «Si alguien dice (…) que la Misa debería ser celebrada en la lengua vernácula solamente (…) sea anatema».
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