Disminuyó la asistencia a la misa en los Estados Unidos Bajo el control de Bergoglio- Encuesta Gallup

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Por Thomas D. Williams, Ph.D.

La asistencia a la misa católica en los Estados Unidos cayó en un seis por ciento entre los pontificados del Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco, la caída más pronunciada en décadas, reveló una nueva encuesta de Gallup.

BERGOGLIO OBAMA

Un promedio de 39% de católicos estadounidenses asistieron semanalmente a la iglesia durante el papado de Francisco, desde 2014 hasta 2017, según la encuesta de Gallup publicada el 9 de abril, que representa una caída significativa en comparación al 45%de católicos que asistían a la misa semanal desde 2005 a 2008, en los primeros años del pontificado de Benedicto.

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La asistencia masiva semanal entre católicos estadounidenses se estabilizó a mediados de la década de 2000 en torno al 45 por ciento, después de una fuerte caída durante el período comprendido entre el Concilio Vaticano II (1962-1965) y sus secuelas, que muchos católicos experimentaron como tiempo de confusión y agitación.

La tendencia a la baja se ha reanudado durante los años de Francisco, cayendo más abruptamente que desde la década de 1970.

Traducción:  Religión  la Voz Libre

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Tiranía: Bergoglio destruyó una floreciente comunidad religiosa belga

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 ¡NO UN VERDADERO PASTOR SINO UN DESTRUCTOR!

 

Sin justicia: Francisco mata una Fraternidad floreciente

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es.news Francisco decidió definitivamente disolver la Fraternidad de los Santos Apóstoles, en Bruselas (Bélgica), un floreciente grupo del nuevo rito, compuesto por sacerdotes y seminaristas, pero odiado por Jozef De Kesel, el anticatólico cardenal de Bruselas.

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Jozef De Kesel, el ‘Obispo’ apostata de Bruselas nombrado por ‘Francisco’ respeta la ‘sexualidad’ gay.

 

De Kesel reemplazó en noviembre de 2015 al valiente y católico arzobispo André Léonard, quien había reconocido al grupo, fundado por el padre Michel-Marie Zanotti-Sorkine, en el 2013.

Contaba con seis sacerdotes y 23 seminaristas, mientras que durante años no hubo un solo ingresante en los seminarios de habla francesa en Bélgica.

La parroquia administrada por el grupo en Bruselas se convirtió rápidamente en un centro de renovación. Pero en una época de inmigración masiva, De Kesel afirmó que el grupo debía ser disuelto, porque “la mayoría” de ellos eran franceses, mientras que en el seminario nacional situado en Namur, de 80 seminaristas sólo 25 son de Bélgica.

El 12 de abril, Marco Tosatti, al escribir en LaNuovaBQ.it, comunicó la noticia que una solicitud frente a la Signatura Apostólica hecha por laicos contra el asesinato de la comunidad había sido detenida por el papa Francisco, porque los jueces estaban de acuerdo en aceptarla.

Tosatti llama a esto una “sucia historia” que ciertamente no arroja una buena luz sobre el papa Francisco. gloria tv news

Nuestra Señora  de la Salette: Los Sacerdotes y religiosos serán perseguidos.

Bergoglio desde Argentina perseguía a los sacerdotes fieles.

Periodista Argentino Marcelo González:  De todos los candidatos impensables, Jorge Mario Bergoglio es quizás el peor. No porque profese abiertamente doctrinas contra la fe y la moral, sino porque, a juzgar por su actuación como arzobispo de Buenos Aires, la fe y la moral parecen haberle sido indiferentes.

MODERNISTA ANTICLERICAL

Enemigo jurado de la misa tradicional, no ha permitido sino parodias en manos de enemigos declarados de la liturgia antigua.  Ha perseguido a todo sacerdote que se empeñó en usar sotana, predicar con solidez o que se haya interesado en la Summorum Pontificum.

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El 16 de Septiembre del 2010, La Cigüeña de la Torre denunció que Bergoglio perseguía a los sacerdotes fieles y los multiples abusos de poder perpetrados  por Bergoglio: “Una plaga de Egipto para la Iglesia Argentina, o las siete juntas”

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Bergoglio en Argentina profanó la Sagrada Liturgia y utilizó las Iglesias como salas de reunión  y en lugar de utilizarlas para rendirle el debido  Culto a Dios las utilizó para rendirle culto a los hombres.

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Obispos belgas reclaman que los divorciados que se han vuelto a casar puedan recibir la Comunión

“La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia”, afirmó Sor Lucía, la vidente de Fátima en una larga carta enviada al Cardenal Carlo Caffarra, entonces Arzobispo de Bolonia (Italia), donde advirtió también sobre los ataques que afrontarán quienes defiendan estas dos instituciones naturales.

 

Apostilla breve sobre la “Gaudete Et Exsultate” – Antonio Caponnetto

communist crucifix evo morales francis apostasyNacionalismo Católico San Juan Bautista  | 12 de abril de 2018

Comenzada la década del ´70 del siglo pasado, dos activistas de la izquierda italiana, Elio Petri y Hugo Pirro, le dieron vida a una película entonces muy comentada, cuyo título contenía un trágico sarcasmo: La classe operaia va in Paradiso; esto es, “La clase obrera va al paraíso”.

         El motivo de la metáfora lo da su protagonista central, Ludovico Massa, quien cuando entra en estado de demencia tras un sinfín de peripecias, imagina que hay un muro por derribar, y que tras él se encuentra el anhelado edén del proletariado, la merecida tierra feliz de los que han sido alienados aquende la terrible pared, por el trabajo esclavista del capitalismo. Mitad grotesco, mitad dramático –como el mejor cine italiano- el abajamiento sociológico (más específicamente, clasista) de los enunciados teológicos del cristianismo, quedaba en evidencia. Parodia de la salvación genuina, la concebida por el marxismo tiene su propio vergel adámico, reservada monopólicamente para los trabajadores.

         Medio siglo después, de la mano de un escritor asociado al Modernismo: Joseph Malegüe, en su novela Pierres noires. Les classes moyennes du Salut, Jorge Mario Bergoglio acaba de proponer “la clase media de la santidad”. Lo hizo en su reciente Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate (n.7), labrando un nuevo paso en este reduccionismo sociologizante de la vida salvífica, un nuevo hito en la caricaturización de la teología sometida a la sociología. Con lo que se comprueba una vez más el aserto de Gómez Dávila: “la herejía que amenaza a la Iglesia en nuestro tiempo es el terrenismo”.

         Adjudicarle la santidad a un segmento social, o proponer como paradigma de santidad a determinado estamento social, conduce fatalmente a varios errores. Enunciemos dos.

         El primero es el clasismo. Creer que sólo “el pueblo” es toda la sociedad, sosteniendo en paralelo que ese “pueblo” mentado es únicamente el sector más numeroso, mayoritario y golpeado por los avatares políticos. Por lo tanto, el bien común no será el de la nación entera o el del cuerpo comunitario en su conjunto, sino el de una categoría predeterminada ideológicamente.

         El abate Sieyes identificaba a la nación con el tercer estado; Marx con el proletariado; la llamada Teología del Pueblo, en la que abreva Bergoglio, con las periferias; pero en todos los casos el siniestro criterio resulta el mismo: es la conciencia de clase la principal protagonista de la historia. De clase víctima y sufriente, en pugna maniquea con el resto del cuerpo social. La Revolución explica la Revelación; la Sociología la Teología, las Postrimerías sobrenaturales Infierno y Gloria están condicionadas al clasismo intrahistórico.

         Bergoglio propone casi de un modo crudo, y en explícito parafraseo de autores como Proudhon o Engels, la socialización de los medios de producción de “santos”, el colectivismo de la gracia santificante. Nadie se salva solo (n.6). Fuera de un pueblo no hay salvación. La santificación es un camino comunitario (n. 141). Eremitas, contemplativos, monjes de clausura y orantes silentes, están en problemas si no se adaptan al servicio social, algo que ya les fue dicho en la Constitución Apostólica Vultum Dei Quaerere, del 2016.

         Por el contrario, corren con ventaja “los hombres de la puerta de al lado” (n.6), los integrantes del “público municipal y espeso”, que mentara Darío; los integrantes del qualunquismo ideado por el comunista Guglielmo Giannini, “la media aritmética” tomada como paradigma social por el funesto Durkheim. Si al fin de cuentas, según parece, Dios no quiso otra cosa que “entrar en una dinámica popular” (n.6); rechazando el concepto elitista de “unos pocos para unos pocos” (n. 89). Así que nada de puertas estrechas (Ls. 13,22-30), ni de “pocos elegidos” (Mt. 22,14), ni de pusilla grex (Ls. 12,32) ¡Santidad para todos y todas, ya!, que el Señor “se hizo periferia”(n.135) . Y contingente y flojo como es, “Él depende de nosotros para amar al mundo”(n. Se deduce que el segundo error al que aludíamos antes, junto con el del clasismo, es la desnaturalización de la santidad. Lo que es aún más grave, si cabe; y posiblemente una de las manifestaciones heretizantes más dolorosas de este extraño pontificado. Pero no es una novedad sino un error remozado. Hace años, en efecto, que venimos protestando la imposición de una equívoca espiritualidad entretejida de abdicaciones, de contemporizaciones y de compromisos seculares, que no sólo rechaza la incompatibilidad entre la perfección cristiana y el amor al mundo, sino que propone precisamente un modelo de santidad asociado a la vida ordinaria, común y corriente, sin los sobresaltos extraordinarios de los santos auténticos, sin el heroísmo ni el sacrificio ni las renuncias que nos relatan las nobles hagiografías, y con los defectos y ocupaciones habituales de cualquiera. Para alcanzar tal estado bastaría convertirse en un módico ciudadano más, que pasa inadvertido en el trajín de sus ocupaciones laborales.

         En la versión neoconservadora de este modo de ser santo, el prototipo es el pequeño burgués, el profesional actualizado que se vale de su oficio para el proselitismo cristiano, y al cual se le ha dicho que su celda es la calle. Su modo de vida no tendrá nada de singular. Transcurrirá sin contrastes exteriores, sin sacudidas, indistinguiéndose del resto de los mortales, cuidándose únicamente de no creer que el templo es el lugar por antonomasia del creyente, o que es válida la contemplación pura, inactiva, sin el vértigo del trabajo. Así se hallará textualmente prescripto en los textos fundacionales y tulelares del Opusdeísmo.

         En la versión bergogliana el prototipo se aplebeya un poco. Ya no es el profesional exitoso, el ejecutivo próspero y el funcionario maleable a cualquier gestión demoliberal, pluralista y moderna. Ahora es “la señora que va al mercado” y no chusmea con su par durante las compras (n.16); el vecino de la puerta contigua que “no trata de desalentarse cuando contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables” (n. 11). Elige uno a su medida y todos contentos. Y si quiere ser mártir –clérigo o laico, bautizado o infiel- le bastará con participar en alguna de las tantas opciones subversivas que ofrece desde hace décadas la guerra revolucionaria del marxismo. Basten los nombres terroríficos de Angelleli o Romero. 108).

ANGELELLI

romero marxista

         Tampoco se crea que es tan fácil, vamos. Si alguien de la clase media de la santidad entrara en contacto amistoso con algún católico enamorado del ocio contemplativo, de la plegaria inútil, de la belleza litúrgica, de la recta e imperecedera doctrina, o preocupado por la claridad y la seguridad dogmática, o “inquebrantablemente fiel a cierto estilo católico” (n.49), estaría traicionando su conciencia de clase santificadora; y en definitiva, convirtiéndose en un colaboracionista del antipueblo de la salvación. Para ellos sí, pelagianos y gnósticos, se vuelven a abrir las puertas del infierno, con la anuencia del beato Scalfari. A los oligarcas y elitistas la condenación, a los compañeros la salvación. Es lamentable, pero debemos decir que quien no haya estado en la Plaza de Mayo hacia 1973, no podrá inteligir la clave de bóveda de este adefésico y desconcertante magisterio que hoy llega de Roma.

         Abaratada la santidad, abajada hasta el nivel de una casta o de estratificación colectiva; sociologizado y desacralizado el martirio, elevado a los altares personajes ante quienes antaño se nos hubiera pedido rehuir considerándolos malas compañías, el misterio de la gracia se banaliza, la salvación se vuelve trivial, y al cielo ya no se lo arrebata por asalto: se llega por las anchas avenidas de las masas rugientes, como a un estadio de fútbol.

         “El santo es el héroe delante de la gloria del cielo”, decía Anzoátegui; y “el heroísmo del héroe consiste en llamar a la puerta de Dios para ofrecerse a la muerte”. Se nos conceda la gracia de resistir santa y heroicamente tanto agravio a la Verdad, tanta conculcación del Bien, tanta traición a la Hermosura. Se lo pedimos a María Santísima, debeladora de todas las herejías. A Ella, una vez más, con insistencia firme, las lauretanas letanías, y este envío al final:

Desconsuelo de ausencia, tu manto en la bandera,

de varones ecuestres, acaudillando proezas,

congoja de mitrados con tres cantos del gallo,

aflicción de liturgos desterrando bellezas.

Señora de esta tierra que erigiera en tu nombre

una proa española y un galopar de potros,

escúchanos la súplica, el rezo esperanzado:

¡Ora pro nobis; Madre, Ruega a Dios por nosotros!

 Antonio Caponnetto


En el número 160 de la nueva anti-exhortación GAUDETE ET EXSULATATE, hay algunas cosas insidiosas.
1 – La afirmación de que los autores bíblicos (que están inspirados por el Espíritu Santo) han sido capaces de confundir epilepsias con posesiones demoníacas.
Bergoglio: “Es cierto que los autores bíblicos tenían un bagaje conceptual limitado para expresar algunas realidades y que en los tiempos de Jesús se podía confundir, por ejemplo, una epilepsia con posesión demoníaca”.

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Bergoglio con el herético Jesuita marxista de la liberación Jon Sobrino

Sobre una Cierta «LIBERACIÓN» por el Teólogo Cardenal Joseph Ratzinger:

Según esta comprensión de la Biblia solamente hay dos opciones y solamente pueden darse estas dos; por tanto, el oponerse a la interpretación marxista de la Biblia no es otra cosa que la expresión de la clase dominante para conservar el propio poder. Afirma textualmente: «La lucha de clases es un dato de la realidad, y la neutralidad en este punto es absolutamente imposible».

Desde este punto de vista se hace imposible también la intervención del Magisterio de la Iglesia; si éste se opone a tal interpretación del cristianismo, parecerá confirmar que está de la parte de los ricos y de los dominadores y en contra de los pobres y de los que sufren, es decir, en contra del mismo Jesús, y, en la dialéctica de la historia, se alistaría en la parte negativa.

Esta decisión, aparentemente «científica» y «hermenéuticamente» irrefutable, determina por sí misma el camino de la interpretación ulterior del cristianismo, tanto en lo que respecta a las instancias interpretadoras como a los contenidos interpretados.
…De esta manera, el «pueblo» se convierte en un concepto opuesto al de «jerarquía» y está en antítesis con todas las instituciones designadas como fuerzas de la opresión. Finalmente, es «pueblo» quien participa en la «lucha de clases»; la «iglesia popular» se contrapone a la Iglesia jerárquica.

«En todo caso, esta instancia histórica ve en el Magisterio, que insiste en verdades permanentes, una instancia enemiga del progreso, dado que piensa «metafísicamente» y contradice así a la «historia». Puede decirse que el concepto de historia absorbe el concepto de Dios y de revelación. La «historicidad» de la Biblia debe justificar su papel absolutamente predominante y, por tanto, legitimar al mismo tiempo el paso a la filosofía materialista-marxista, en la cual la historia ha asumido el papel de Dios».

Gaudete et Exsultate intenta imponer AL, socavar el Sexto Mandamiento

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Gaudete et Exsultate: Justo lo que esperábamos

por Christopher A. Ferrara
11 de abril de 2018

En este punto del pontificado del hombre de Argentina, no es necesario leer Gaudete et Exsultate para saber qué contiene: un fárrago de elementos que parecen piadosos, ataques contra los católicos ortodoxos y las grandes novedades que este Papa ha estado promoviendo implacablemente desde el momento de su elección. Esto es lo que ya hemos visto con Evangelii Gaudium, Laudato si ‘y, por supuesto, el desastroso Amoris Laetitia (AL) que, increíblemente, pretende abolir -en la práctica- el carácter sin excepciones de los preceptos negativos de la ley divina y natural, comenzando con el sexto mandamiento.

Sólo para estar seguro, sin embargo, revisé el documento. En un relativo “sumario” de 20,000 palabras. Es precisamente lo que se esperaba: algunas declaraciones piadosas aprovechadas para hacer las llamadas a cambios radicales que Francisco exige en contradicción con la enseñanza de todos sus predecesores, junto con las habituales denuncias de clérigos ortodoxos y laicos quien se atreven a oponerse a sus novedades.

Aquí hay un pasaje clave que captura la esencia de lo que Antonio Socci ha llamado tan acertadamente bergoglianismo:

“La complacencia es seductora; nos dice que no tiene sentido tratar de cambiar las cosas, que no hay nada que podamos hacer, porque así es como siempre han sido las cosas y, sin embargo, siempre logramos sobrevivir. Por la fuerza del hábito ya no resistimos al mal. ‘Dejamos que las cosas sean’, o como otros han decidido que deberían ser. Sin embargo, permitamos que el Señor nos despierte de nuestro letargo, para liberarnos de nuestra inercia. Vamos a repensar nuestra forma habitual de hacer las cosas; abramos nuestros ojos y oídos, y sobre todo nuestros corazones, para no ser complacientes con las cosas tal como son, sino inquietos por la palabra viva y eficaz del Señor resucitado”



Nótese la sospechosa fusión de `ceder al mal´, que implicaría un pecado, definido por un no «cambiar las cosas» o aceptar «como siempre han sido las cosas» o «como otros han decidido que deberían ser», y la igualmente equívoca combinación de `hacer el bien´ con «repensar [nuestra] forma habitual de hacer las cosas ... para no ser complacientes sobre las cosas tal como son» para que podamos «estar intranquilos por la palabra viviente y eficaz del Señor resucitado».

Gaudete et Exsultate es, entonces, un intento apenas disimulado de imponer AL, socavar el Sexto Mandamiento en la Iglesia bajo la apariencia de «discernimiento» de lo que supuestamente nos pide el Espíritu Santo: a saber, la novedad. Sin dejar ninguna duda de su intención, el Papa Francisco más tarde deja en claro que exige la adhesión a sus novedades como la voz de Dios hablando a través de él:

«¿Cómo podemos saber si algo proviene del Espíritu Santo o si proviene del espíritu del mundo o del espíritu del diablo? La única forma es a través del discernimiento, que requiere algo más que inteligencia o sentido común. Es un regalo que debemos implorar. Si le preguntamos con confianza que el Espíritu Santo nos concede este don, y luego buscamos desarrollarlo a través de la oración, la reflexión, la lectura y un buen consejo, entonces seguramente creceremos en esta dote espiritual … «.(G E)

Hasta aquí todo bien. Pero la píldora venenosa se administra de inmediato:

«Esto es aún más importante cuando se presenta alguna novedad en nuestras vidas. Entonces tenemos que decidir si es vino nuevo traído por Dios o una ilusión creada por el espíritu de este mundo o el espíritu del diablo. En otras ocasiones, puede suceder lo contrario, cuando las fuerzas del mal nos inducen a no cambiar, a dejar las cosas tal como están, a optar por una resistencia rígida al cambio. Sin embargo, eso sería bloquear el funcionamiento del Espíritu … «.
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No hay otra palabra que pueda aplicarse a este texto sino `retorcido´ : El mal se manifiesta por una «rígida resistencia al cambio», es decir, al cambio que Francisco, — único entre todos los Papas hasta San Pedro—, exige según los  “signos de los tiempos.”


En ninguna parte del gran Depósito de la Fe encontramos ninguna enseñanza sobre el mal imaginario que supone la «rígida resistencia al cambio». Muy por el contrario, la resistencia al cambio es precisamente lo que exige una defensa de la enseñanza inmutable del Evangelio, que es la Palabra Eterna:

«No piensen que he venido para destruir la ley o los profetas. No he venido para destruir, sino para dar cumplimiento. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Por lo tanto, el que quebrantará uno de estos mandamientos menores, y así enseñará a los hombres, será el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los cumpla y enseñe, será  grande en el reino de los cielos «(Mateo 5: 17-19)

En cumplimiento de la Ley de Dios, Nuestro Señor declaró que quien se divorcie y pretenda «volver a casarse» comete adulterio. Recordando su reproche a los fariseos, que apelaron a Moisés en defensa de su aprobación del divorcio: «Moisés, por la dureza de tu corazón, te permitió quitar a tus mujeres, pero desde el principio no fue así». 19: 8)


Sin embargo, ahora la Iglesia está afligida por un pontificado cuyo tema es la tolerancia del divorcio y el «nuevo casamiento» en la Iglesia y la admisión de los adúlteros públicos a la Sagrada Comunión mientras continúan en sus relaciones adúlteras, lo que revertiría 2.000 años de enseñanza arrastrando a toda la Iglesia al tiempo de Moisés. 

Con una audacia inigualable, Francisco cita el Octavo Mandamiento mientras invoca el infierno (cuya existencia niega en las conversaciones con Scalfari, cuyos informes no niega) para demonizar a los católicos que defienden los «otros mandamientos «, es decir, el sexto mandamiento que ha pasado los últimos cinco años intentando socavar en la práctica:

«Incluso en los medios católicos, los límites pueden sobrepasarse, la difamación y la calumnia pueden volverse un lugar común, y pueden abandonarse todos los estándares éticos y el respeto por el buen nombre de los demás …».  Llama la atención que, en ocasiones, al afirmar que respetan los otros mandamientos, ignoran por completo el octavo, que prohíbe dar falso testimonio o mentir, y vilipendiar despiadadamente a los demás. Aquí vemos cómo la lengua que no se guarda, encendida por el infierno, prende fuego a todas las cosas (ver Sant 3: 6). (Gaudete E)

«Aparentemente, el Papa Francisco no ve» falso testimonio o mentir «en su diatriba más o menos constante contra los católicos ortodoxos, ni percibe que «vilipendia despiadadamente a otros» cuando los denuncia, casi a diario, como hipócritas rígidos.

 En cuanto a la descarada manipulación vaticana de la carta presentada falsamente como un respaldo del Papa Benedicto XVI a «la teología del Papa Francisco», Francisco evidentemente no percibe ninguna de estas faltas de las que acusa a los demás 

Sin embargo, podemos encontrar esperanza en el hecho de que esta cruda polémica papal no engaña a nadie que no desee ser engañado, y que el número de fieles que se están despertando al engaño aumenta día a día. Nuestra Señora de Fátima intercederá pronto para poner fin a esta debacle.


En “Gaudate Et Exsultate ” Bergoglio distorsiona el Catecismo y varias citas de los doctores y Padres de la Iglesia Católica.

La Nuova Bussola Quotidiana

Una exhortación, muchas citas equivocadas (no por casualidad).

Buenaventura, Tomás, Agustín y también el Catecismo: algunos pasajes clave de la Exhortación Apostólica sobre la Santidad muestran citas parciales que distorsionan el significado de los autores.

Como ya sucedió con Amoris Laetitia para Santo Tomás, también en la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate (GE), presentada el lunes, desafortunadamente,  se deben encontrar algunas citas «creativas» para respaldar afirmaciones y tesis que de otro modo no tienen vínculos con la tradición.  Seguir Leyendo ➞

Traducción completa en Infovaticana

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