Bergoglio le permite al intocable lobby gay del Vaticano erigir un pesebre blasfemo

Barnhardt

gustavo vera bergoglioLos homosexuales del Vaticano no sólo hicieron este pesebre homoerótico a propósito, sino que se están riendo en todos los «palurdos» y «beatos retrasados» que pasan junto al ataque a Nuestro Señor y Salvador Jesucristo y Su Santa Iglesia que ellos llevan a cabo , y ahora están disfrutando de su «intocabilidad» – tan intocables se creen gracias a su líder, la Gustavo Vera , que pueden erigir literalmente una escena homoerótica en la Plaza de San Pedro y nadie dirá una palabra.

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PESEBRE BLASFEMO DEL VATICANO

Quien No Se Encoleriza Cuando lo Exige La Razón Peca:

Sólo aquel que se indigna sin motivo se vuelve culpable; quien se indigna por un motivo justo no tiene culpa alguna. Pues, si faltase la ira la ciencia de Dios no progresaría, lo juicios no tendrían consistencia y los crímenes no serían reprimidos. Más aún: aquel que no se indignare cuando la razón lo exige, comete un pecado grave; pues la paciencia no regulada por la razón, propaga los vicios, favorece las negligencias y lleva al mal, no solamente los malos, sino sobre todo los buenos (Hom. XI, In Nath.). San Juan Crisóstomo

La cólera debe ser entendida de dos modos. De uno, como simples movimientos de la voluntad, por el cual alguien impone un castigo, no por pasión, sino en virtud de un juicio de la razón. Y así, sin duda la falta de cólera es un pecado. Cuando un hombre se enoja con razón, su cólera ya no proviene de la pasión y por eso se dice que el que juzga, no se indigna. En otro sentido, la cólera es sacada de un movimiento de apetito sensible, que acompaña una pasión resultante de una transmutación del cuerpo. Ese movimiento es una secuencia necesaria, en el hombre, del movimiento de su voluntad, desde que el apetito más bajo acompaña necesariamente al movimiento del apetito más alto, a menos que haya un obstáculo. Así es que el movimiento de cólera en el apetito más alto, en el apetito sensible no puede faltar del todo, a menos que el movimiento de la voluntad también falte o sea flaco. Se llega también a un vicio por falta de pasión de la cólera, así mismo como la falta de movimiento en la voluntad dirigida al castigo por el juicio de la razón. ( Sum. Theol. II, Iiae, q. 158, art. 8). Santo Tomas de Aquino

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