Catena Aurea: Lc 19,37-40
Day: 9 abril, 2017
El herético Scicluna acepta la anticoncepción en el matrimonio.
El herético Charles J. Scicluna en una entrevista grabada en Xtra en TVM, dijo a Salvador Balzan que apoyaba la anticoncepción no abortiva. Dijo que cualquiera que pida la píldora del día siguiente sea informado de cómo funciona y sus efectos
Charles J. Scicluna también apoya las comuniones sacrílegas para adúlteros, rebelándose abiertamente contra la doctrina moral de la Iglesia.
La anticoncepción o «control de la natalidad» es la interferencia deliberada en el acto marital para prevenir la concepción. La Iglesia Católica siempre ha enseñado que la anticoncepción es inmoral.
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El Papa Pío XI, en su Encíclica Casti connubii (1930), acerca del matrimonio cristiano enseñó que todas las formas que eviten la natalidad son pecaminosas: «todo uso del matrimonio en cuyo ejercicio el acto quede privado, por industria de los hombres, de su fuerza natural de procrear vida, infringe la ley de Dios y de la naturaleza, y quienes tal hicieren contraen la mancha de un grave delito» (Casti connubii #57).
Papa Pío XI, Casti connubii, # 53-56, 31 de diciembre de 1930: “Viniendo ahora a tratar, Venerables Hermanos, de cada uno de los aspectos que se oponen a los bienes del matrimonio, hemos de hablar, en primer lugar, de la prole [los hijos, descendencia, etc.], la cual muchos se atreven a llamar pesada carga del matrimonio, por lo que los cónyuges han de evitarla con toda diligencia, y ello, no ciertamente por medio de una honesta continencia (permitida también en el matrimonio, supuesto el consentimiento de ambos esposos), sino viciando el acto conyugal. Criminal licencia ésta, que algunos se arrogan tan sólo porque, aborreciendo la prole, no pretenden sino satisfacer su voluptuosidad, pero sin ninguna carga; otros, en cambio, alegan como excusa propia el que no pueden, en modo alguno, admitir más hijos a causa de sus propias necesidades, de las de la madre o de las económicas de la familia. “Ningún motivo, sin embargo, aun cuando sea gravísimo, puede hacer que lo que va intrínsecamente contra la naturaleza sea honesto y conforme a la misma naturaleza; y estando destinado el acto conyugal, por su misma naturaleza, a la generación de los hijos, los que en el ejercicio del mismo lo destituyen adrede de su naturaleza y virtud, obran contra la naturaleza y cometen una acción torpe e intrínsecamente deshonesta. “Por lo cual no es de admirar que las mismas Sagradas Letras atestigüen con cuánto aborrecimiento la Divina Majestad ha perseguido este nefasto delito, castigándolo a veces con la pena de muerte, como recuerda San Agustín: ‘Porque ilícita e impúdicamente yace, aun con su legítima mujer, el que evita la concepción de la prole’. Que es lo que hizo Onán, hijo de Judas, por lo cual Dios le quitó la vida (Génesis 38, 8-10). “Habiéndose, pues, algunos manifiestamente separado de la doctrina cristiana, enseñada desde el principio y transmitida en todo tiempo sin interrupción, y habiendo pretendido públicamente proclamar otra doctrina, la Iglesia Católica, a quien el mismo Dios ha confiado la enseñanza y defensa de la integridad y honestidad de costumbres, colocada, en medio de esta ruina moral, para conservar inmune de tan ignominiosa mancha la castidad de la unión nupcial, en señal de su divina legación, eleva solemne su voz por Nuestros labios y una vez más promulga que cualquier uso del matrimonio, en el que maliciosamente quede el acto destituido de su propia y natural virtud procreativa, va contra la ley de Dios y contra la ley natural, y los que tal cometen, se hacen culpables de un grave pecado”
Enseñanza dogmática moral de la Iglesia católica:
De los errores condenados por el papa Inocencio XI: “9. El acto del matrimonio, practicado por el solo placer, carece absolutamente de toda culpa y de defecto venial” – Condenado. (Denzinger, The Sources of Catholic Dogma, B. Herder Book. Co., Thirtieth Edition, 1957, no. 1159)